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sábado, noviembre 01, 2014

Parte del proceso - Saponificación

Algunos creen que todo ésto de hacer jabón es sencillo, y lo cierto es que no es demasiado difícil. De antaño, muchas de nuestras abuelas elaboraban jabón artesanal en casa y sin contar con las herramientas y adelantos que existen hoy día, y también sin los productos de los cuáles hoy disponemos. ¡Pero oye, que hacían un jabón buenísimo! La verdad es que, como ya he dicho en una ocasión, se requiere paciencia y algo de creatividad, además de familiarizarse con el proceso, y eso sólo se obtiene probando una y otra vez. No podía ser de otra forma.

Tengo que admitir que a excepción de mi primer jabón, que únicamente tuve problemas al cortarlo ya que esperé demasiado y se resquebrajó, el resto ha salido adelante fenomenal. Y ya van unos cuantos. Al fin y al cabo, es un proceso químico, y hay que dejar que la química siga su curso. No me gusta llevarle la contraria a la naturaleza. No vaya a ser que se enfade y salga yo malparada. Pero así es: para obtener jabón, básicamente tiene que haber una saponificación. ¿Qué porras es ésto?

Verás, la saponificación es la reacción química que produce la formación de jabones. Y se realiza mediante la disolución de grasa o aceite (ya sea vegetal o animal) en un medio alcalino. El álcali es necesario para que se produzca esta reacción, pero hay que tener en cuenta que por sí solo es un elemento caústico peligroso, y las precauciones no son opcionales. Los más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa caústica (hidróxido sódico -> NaOH) y la potasa (hidróxido potásico -> KOH).

Claro está, no basta con tomar sosa caústica, echarla en un recipiente lleno de aceite y listo. Todo se debe hacer siguiendo un proceso y usando ciertas cantidades de cada producto. Por ejemplo, no todos los aceites vegetales (que son los que yo uso, como el aceite de oliva, de girasol, de coco, de albaricoque, de pepita de uva...) saponifican usando la misma cantidad de álcali. Algunos necesitan más cantidad y otros menos.

He aquí un ejemplo: 

Aceite de Oliva - NaOH


Aceite de Oliva - KOH


Hemos calculado la cantidad de sosa caústica (NaOH) / hidróxido de potasio (KOH) que necesitamos para saponificar 1000 gr. de aceite de Oliva virgen. SAP es el índice de saponificación, y nos indica la cantidad, en miligramos, de hidróxido de potasio (KOH) necesarios para saponificar 1 gr de un determinado aceite. 

Eso quiere decir que: 
  • el aceite de oliva tiene un índice de saponificación de 0,19, y por tanto, para saponificar 1 gr, necesito 0,19 de potasa caústica. Si quisiera saponificar un kilo de aceite de Oliva, me harían falta 190 gr de KOH, y si quisiera usar NaOH, me harían falta 135,5 gr.

Hay que tener en cuenta que para hacer jabón corporal, usamos sobreengrasado, es decir, a ese mismo kilo de aceite le ponemos menos cantidad de sosa o potasa, de manera que una parte del aceite queda sin saponificar. Con esto, conseguimos garantizar que no hay exceso de sosa o potasa en el jabón, y también mayor suavidad y cremosidad en el jabón resultante. Se expresa en porcentaje, y lo común es usar un sobreengrasado de un 8%, como podéis ver arriba en ambos cálculos. De ahí que el cálculo no sea exacto siguiendo el índice de saponificación. 

Cada aceite (ya sea vegetal o animal) tiene un índice de saponificación distinto, y en base a ese número, calculamos los ingredientes y la cantidad de álcali, y ¡listo! ¿A qué ahora es más sencillo?


Esta tarde he estado haciendo jabón, y os dejo algunas fotos del proceso. Cuando esté listo, le pondré nombre y os contaré qué ingredientes lleva.











Más adelante, seguiremos explicando el proceso. ¡Calla, anda, que no es tan aburrido!




*-* Muak *-*




2 comentarios:

  1. Jaaaa, si resultan como los del Himalaya que con solo verlos te dan ganas de lanzarte a ellos a comértelos ... esperaremos el proceso.

    Sara (con un muaka en la mano)

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  2. Muchas gracias, preciosa! Un beso enorme!

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